Instigado por la derecha chilena y foránea, y con la ayuda de capitales y gobiernos extranjeros, se lleva a cabo un golpe de estado en contra del Gobierno de la Unidad Popular y del Presidente Salvador Allende. Inicia así una larga y sangrienta dictadura cívico-militar, que de la mano del neoliberalismo restableció los privilegios de la vieja oligarquía hasta el día de hoy.