03 de agosto de 2020.
Declaración Organizaciones Sociales por el Pliego Popular
Ante la extendida huelga de hambre del machi Celestino Córdova y otros prisioneros políticos mapuches, las tomas en solidaridad de edificios municipales en Curacautín, Ercilla, Traiguén y Victoria, y los violentos desalojos de estos por parte de grupos de civiles racistas, desde la articulación de Organizaciones Sociales por el Pliego Popular, nos pronunciamos en los siguientes términos:
– Rechazamos el actuar de los grupos de ultra derecha y paramilitares, que con expresiones racistas cometieron hechos violentos en contra del pueblo mapuche durante la noche de ayer.
– Llamamos al Poder Judicial a investigar por qué una autoridad municipal le habría entregado a grupos de civiles particulares la función de desalojar un edificio.
– Exigimos que el gobierno explique por qué el Ejército y Carabineros no detuvieron a las personas que se encontraban violando el toque de queda.
– Esperamos que el Senado acelere la tramitación del mecanismo de escaños reservados para pueblos originarios en el proceso constituyente, de manera de que sean sus propios actores políticos los que representen el sentir de los pueblos originarios en la Nueva Constitución.
– Recalcamos que un factor estructural en el conflicto mapuche radica en un modelo de desarrollo extractivista que privatiza la propiedad de la tierra, despojando de sus derechos a los pueblos originarios. Esta situación es particularmente grave en el caso de las forestales, quienes además se apoderan de la propiedad del agua, un bien común fundamental para la vida.
– Hacemos un llamado urgente a un diálogo social y político al más alto nivel que permita escuchar las demandas de los comuneros en huelga, encontrar caminos de salida atendiendo a los tratados de derechos humanos en materia de pueblos originarios y enfrentar como un problema de Estado la relación vejatoria que se ha perpetuado por siglos con el pueblo mapuche.
– Si los civiles y la policía siguen actuando bajo los mismos estándares de la dictadura militar, si la autoridad política nada hace para detener los abusos y los crímenes de instituciones que paradojalmente tiene como misión velar por el cuidado de los ciudadanos, es que estamos viviendo una crisis de nuestra democracia, ya que no se puede naturalizar en ella el abuso y la represión.
– En Chile, parece creerse que se es un régimen democrático por la existencia de elecciones limpias y periódicas, cuestión que siendo de suma importancia, no trae necesariamente como resultado la disminución de las violaciones de los derechos fundamentales, si no se efectúan cambios estructurales que transformen a la sociedad y a las instituciones, para que cese la represión y las violaciones de parte del Estado. Las democracias sustanciales requieren, forzosamente un apego a los derechos humanos, no sólo civiles y políticos, sino también a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
– La violación a los derechos humanos de la que el pueblo mapuche lleva siendo víctima históricamente, es un quiebre a la democracia, que no puede existir sin un respeto irrestricto a los DDHH.
Porque en el Chile que construimos, la dignidad será costumbre para todos y todas sin excepción, expresamos hoy toda nuestra solidaridad con el pueblo mapuche.