Ya en 2018 pedían mejoras en las condiciones de seguridad, aislamiento de ruidos, entre otras, y el caso es que la situación de inseguridad, a lo que hoy se suman intoxicaciones por monóxido de carbono, persisten.
Una manifestación pacífica, que buscaba impedir la salida de trenes a la espera de un pronunciamiento por parte de la empresa, es lo que el Sindicato Fepasa Los Andes llevó a cabo el día de hoy. La movilización, cabe señalar, se produjo debido a una nueva intoxicación por monóxido de carbono que afectó a un trabajador que se desempeña como maquinista para la empresa Ferrocarriles del Pacífico S.A. (FEPASA).
El trabajador afectado, que luego de terminado su turno del día jueves mostró complicaciones de salud durante la madrugada de hoy viernes, no es el primero en sufrir una intoxicación de este tipo. Y es que en mayo de este mismo año, ya se había registrado un caso de similares características, afectando en aquella oportunidad a un ayudante de maquinista. Lo anterior —así denunciado por el sindicato— evidencia una grave falta de mantención en las locomotoras que transportan concentrado de cobre, una situación que, junto con repercutir, por ejemplo, en la filtración de ruido, agua, viento y gases; pone en serio riesgo no solo la salud y seguridad de los trabajadores, sino que su propia vida.
Ya en 2018 el Sindicato Fepasa Los Andes pedía mejoras en las condiciones de seguridad, donde el aislamiento de ruidos y el sistema de frenos de las locomotoras eran, en ese entonces, la mayor preocupación. Pasado el tiempo, cuatro años después, la falta de mantención y las condiciones de seguridad siguen siendo no solo una preocupación sino que un verdadero riesgo para los trabajadores de la empresa Ferrocarriles de Pacífico S.A.
Por ahora, los trabajadores y el Sindicato FEPASA Los Andes se encuentran a la espera de establecer una mesa de trabajo con la empresa a la que prestan servicio (FEPASA), pero también esperan que a dicha instancia se sume la empresa mandante, que es Codelco, pues en su rol de tal tiene un deber: velar y ser garante de un riguroso cumplimiento de la normativa laboral, donde la salud y seguridad de las personas son y deben ser prioridad.
Los últimos acontecimientos en minería, en que se han producido dos accidentes fatales en un lapso de alrededor de solo diez días, deben ser un llamado ya no de atención sino un definitivo llamado a la acción. Ningún proceso productivo, ninguna faena ni labor deben estar por sobre la salud, seguridad y vida de las personas.
