Fue durante una huelga en apoyo a sus compañeros de la División El Teniente, controlada entonces por la estadounidense Braden Copper Company, y en que los trabajadores demandaban mejoras laborales y salariales.
En respuesta a la movilización obrera, el gobierno de le época, que era presidido por Eduardo Frei Montalva, reaccionó declarando zona de emergencia a las provincias de O’Higgins y Atacama, entregando así el control de los centros mineros a las Fuerzas Armadas.
Aquel aciago día, y mientras los obreros de El Salvador se encontraban reunidos en el Sindicato, los soldados atacaron la sede y dispararon a mansalva, dejando a decenas de heridos, y a dos mujeres y seis hombres asesinados. No hubo juicios, y tampoco responsables.
A 58 años de lo que sería un episodio más en la historia de represión y muerte en contra de las y los trabajadores de Chile, no olvidamos.